Michael D. King, líder del Grupo Génesis del Área de la Bahía de San Francisco,
junto con los consejeros Thomas Cain y Nathaniel Whitfield
“Para muchos, la palabra pionero evoca imágenes de carros cubiertos, bueyes polvorientos y hombres y mujeres cordiales que buscan un nuevo hogar en el oeste estadounidense ... En realidad, un pionero puede ser cualquiera que avanza con valentía hacia lo desconocido, y no lo hace. ¿Eso nos describe bastante bien a todos en el viaje de la vida?

Veamos a varios conversos negros que fueron pioneros en la historia. Estos primeros santos, incluso algunos que aún estaban esclavizados, buscaban el evangelio de Jesucristo. Jane Manning (1822–1908) vivió con el profeta Joseph Smith y su familia durante varios años. Como pionera terrestre en Utah, escribió: “Caminamos hasta que se nos desgastaron los zapatos, y nuestros pies se nos dolieron, se agrietaron y sangraron hasta que se podía ver la huella completa de nuestros pies con sangre en el suelo. Nos detuvimos y nos unimos en oración al Señor; le pedimos a Dios el Padre Eterno que sanara nuestros pies. Nuestras oraciones fueron contestadas y nuestros pies sanaron de inmediato”. Jane Manning fue bautizada por Charles Wandell en 1841. El presidente Joseph F. Smith habló en su funeral en 1908.
Su hermano, Isaac Lewis-Manning, también se bautizó en 1841. Isaac dijo: “Cuando el profeta y su hermano, Hyrum, fueron martirizados en la cárcel de Carthage, yo era miembro del grupo que acompañó a los cuerpos de regreso a Nauvoo. Estuve vigilando las tumbas durante la mitad de cada noche, observando a la multitud ".

Otro miembro negro de la Iglesia fue Walker Lewis, bautizado por Parley P. Pratt en 1844 y ordenado sacerdote por William Smith. Fue fundador, en 1826, del primer grupo abolicionista de los derechos civiles en Estados Unidos, la Asociación General de Personas de Color de Massachusetts. Conoció personalmente a los apóstoles Brigham Young, Wilford Woodruff, Orson Hyde, Orson Pratt, Parley Pratt y William Smith.
Además de los pioneros históricos, hay pioneros actuales a nuestro alrededor, en nuestro vecindario y en las iglesias. Un pionero puede parecer un anciano con pantalones a cuadros que llega tarde a las reuniones, o una madre soltera con niños pequeños que se queda atrás sin ser notada. Sin importar su apariencia, son pioneros en un terreno desconocido, que se adentran con valentía en lo desconocido. Cada uno tiene dones únicos que ofrecer a sus compañeros de la Iglesia y a su comunidad.
Al aprender a reconocer a los pioneros, no debemos ignorar nuestras diferencias, sino encontrar nuestros valores, sueños y esperanzas comunes para aprender unos de otros. Podemos lograrlo con la ayuda de nuestro Salvador, pues él también fue pionero. Su amor por sus semejantes puede ser nuestro ejemplo al honrar a los pioneros del pasado y del presente.