Las raíces chinas en las sucursales de Silicon Valley: cómo esta ejecutiva comparte su fe y da forma al futuro de la tecnología

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Una visita a su aldea ancestral ayudó a despertar la pasión de Marguerite Gong Hancock por la tecnología y la humanidad.
Por Danielle Christensen, Vida SUD
Con una cámara, una grabadora y una maleta llena de ropa, Marguerite Gong, de 20 años, está lista para ayudar a cumplir una promesa que su abuelo le había hecho muchos años antes.
Es 1981 y ella viaja a un pequeño pueblo familiar en el sur de China donde su trigésimo bisabuelo, First Dragon Gong, había venido a vivir en el año 837 d.C. sobre su vida
La acribillan a preguntas sobre cómo era tener maestros, libros y bibliotecas. Como nunca habían pasado más de una hora en bicicleta más allá de su pueblo, escuchan con entusiasmo mientras Marguerite trata de describir montañas, océanos, elefantes, el Partenón y el Museo del Louvre en París, en un mandarín entrecortado.
En contraste, sus parientes recolectan leña para combustible, solo tienen dos equipos y no tienen agua corriente. Pero la joven de California puede ver que, sin embargo, su vida es abundante, ya que tienen un sentido de identidad por pertenecer a una familia a través de generaciones.
“Eso fue simplemente un cambio de vida, todavía me emociona”, recuerda Marguerite Gong Hancock sobre la visita. “Como hijo de un maestro de escuela y un profesor en Palo Alto, mi vida fue más abundante de lo que podía darme cuenta”.

Ese pueblo familiar es ahora un lugar moderno y próspero que Marguerite ha visitado desde entonces con su familia. Las lecciones que aprendió en ese primer viaje a China ayudaron a sentar las bases para otras experiencias importantes en su vida, incluidos sus estudios en la Universidad Brigham Young, Harvard, la Facultad de Derecho y Diplomacia Fletcher y una carrera de 20 años en Stanford.
Ahora, como vicepresidenta de innovación y programación en el Museo de Historia de la Computación de Silicon Valley, Marguerite centra su trabajo en la innovación en todo el museo, incluidos los eventos, la educación, la diversidad y la inclusión. También es la directora del Centro Exponencial del museo, que captura el pasado y considera el futuro de la innovación y el espíritu empresarial. Y, sin embargo, entre estos muchos logros, Marguerite tuvo que enfrentar sus propios desafíos personales mientras luchaba contra el cáncer de mama y soportó los muchos tratamientos de quimioterapia y radiación que lo acompañaban.
Como una mujer que cree que nada es más importante que su fe y su familia, Marguerite vive con una mentalidad que vio ejemplificada en esa casa de la familia Gong con piso de tierra y una sola bombilla: la abundancia. Sin importar cuán difícil fuera el obstáculo o cuán grande la oportunidad, decidió entonces vivir su vida con la convicción de que las bendiciones que había recibido eran inconmensurables, y que siempre se esforzaría por estar a la altura de ellas y compartirlas con los demás.
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